El pasado fin de semana Justo Garcia, vecino de Barcelona de 53 años, pagó los servicios de una prostituta a un hombre casado vecino de Tordera que ha preferido mantener su anonimato.

Just Garcia, en su taller de Tordera
Buena voluntad
Según palabras de Justo "El hombre caminaba todo inquieto hacia un puticlub que hay a la salida del pueblo cuando tropecé con el sni querer, haciendo que se le cayeran a la alcantarilla los billetes que llevaba en la mano. El hombre se puso a llorar porque llevaba seis meses sin echar un polvo y no podía permitirse reunir más, ya que su mujer le controlaba el dinero". En ese momento Justo, en un alarde de compasión, decidió acompañar al adúltero al puticlub y esperarle en la barra, para abonar el servicio al cabo de un rato. "Tampoco me costaba tanto, y el hombre se le veía en un apuro muy grande" ha declarado Justo.
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